Este texto es un artículo de opinión. No es una reflexión.
¿Encuentras las diferencias?
1. Artículo de Opinión
APRENDER SIN NÚMEROS
Cuando ya está cerca la finalización del primer período en mi colegio, nuevamente aparece una pregunta tradicional por parte de los estudiantes, pero complemente inadecuada: ¿profesor, yo gané su materia? Es justo en ese momento que confirmo el gran error que hemos cometido, tantos padres de familia, maestros y estudiantes, cuando reducimos un proceso académico a dos palabras: ganar o perder. No hay nada más falso.
En primer lugar, dichas palabras se refieren a una competencia, como si fuera una práctica deportiva como una carrera de atletismo o un partido de fútbol. Algo totalmente alejado de una relación enseñanza aprendizaje cuando están implícita la ignorancia o el conocimiento. Con razón lentamente vemos un terrible cambio de los niños de la primaria al bachillerato: pasan de la diversión por descubrir a la ansiedad de no perder. En otras palabras, parece que la transición hizo que se acabara la “placer de aprender y la alegría de enseñar”.
El error está en ambos protagonistas porque aún quedan profesores, de diferentes niveles escolares, que pretender impresionar a sus estudiantes con la frase “En esta materia nadie saca 5.0”. Como maestro, disfruto mucho mi compromiso con la formación de mis estudiantes. Por esa razón, comencé a promover la idea de que el año escolar no se gana ni se pierde.
Para poner a prueba si comprenden la idea, les presenté una conferencia TEdX titulada “Aprobar no es aprender”. Cuando les dije que calificaría 5,0 a quien identificara el mensaje central, inmediatamente un estudiante me dijo: “Profe, usted se contradice porque lo más importante no es la calificación, sino que aprendamos”. Sentí una inmensa alegría porque ese joven comienza a identificar que los maestros a veces “predicamos , pero no aplicamos” cuando pretenden reducir la relación pedagógica a un 2.9 para reprobar el desempeño de su estudiante. ¿Acaso el que sacó 3.0 aprendió más?
Quizás sea el momento de profundizar más en
esas palabras “ganar”
y “perder” aplicadas en la
educación. Aún hay
tiempo para recuperar nuevamente
el sentido que nos motivó como estudiantes y despertó nuestra vocación como maestros.
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